jueves, 27 de marzo de 2014

Encontrados en Australia.

Lagarto Del Cuello De Frilled

El lagarto del cuello de Frilled es un pequeño reptil asombroso. Es también un icono australiano. Están entre CMS 70 a 90 largo, y tienen un ' volante ' alrededor de su cabeza. Cuando el lagarto consigue asustado, abre su boca y el volante se dobla hacia fuera. Éste debe hacer que el lagarto aparece más grande y es una de sus estrategias defensivas contra depredadores. El lagarto puede también funcionar muy rápido, y funciona en sus dos piernas traseras.
Viven en climas tropicales calientes, se encuentran tan todo sobre la parte norteña de Australia. Tienen gusto de bañarse en el sol como otros reptiles. Alimentan en todas las clases de insectos pequeños. Frilled el lagarto del cuello puede muy todavía permanecer, y empareja el color de sus alrededores. Va inadvertido por los insectos, y frilled el lagarto del cuello puede cogerlos fácilmente antes de que tengan una ocasión de escaparse.



El Emú
Dromaius novaehollandiae
El Emú (Dromaius novaehollandiae) es una de las aves en el grupo de las Rátidas. En este grupo también encontramos al Avestruz, los Ñandúes, los Casuarios y otras aves corredoras. Son aves adaptadas a la vida terrestre que usan las patas, bien desarrolladas y fuertes, como único medio de locomoción. Las alas, por el contrario, las tienen atrofiadas y no son capaces de ejercer el vuelo.

El Emú es oriundo de Australia. Se le encuentra en las regiones centrales del continente. También habita en las zonas de pasto al sur y es posible verlo en otros lugares. Antes también habitaba en Tasmania y existían tres variedades más, posiblemente una o más especies propias, que fueron exterminadas después que el hombre “civilizado” llegó a Australia.
Se desplaza, se sabe que hasta 550 km, de acuerdo a las temporadas de lluvia y la abundancia de las plantas. Durante estos desplazamientos es posible que forme numerosas agrupaciones.
Según los relatos que hemos leído, el Emú no demuestra ser tan agresivo como sus parientes los casuarios. Pero tampoco tan dóciles como los ñandúes de América del Sur.






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